Una absurda decisión termina con un viaje innecesario…

Carlos Martí, manager del equipo Granma de la Serie Nacional de beisbol de Cuba

Tomado de Zona de Strike, por Ibrahín Sánchez.

La suspensión de dos de los tres partidos de la serie Granma versus Pinar del Río –incluido el de este lunes- corroboró lo absurdo de la decisión adoptada por parte de la Comisión Nacional de Béisbol (CNB) de someter a los granmenses a un viaje innecesario a tierras vueltabajeras.


Hoy los granmenses retornan a casa en un trayecto que les tomara agotar poco más de 900 kilómetros en unas cuantas horas, para luego tomarse un día de descanso y estar ¿prestos? a enfrentar a Industriales, a partir del miércoles; aunque por el momento se observa “de cerca la evolución de esta situación” lo que permitirá “tomar las decisiones pertinentes en las próximas horas, según precisa otro escueto comunicado del organismo rector de la pelota en el país.

En definitiva Los Alazanes fueron a Pinar del Río a desarrollar un choque, que además no pudo contar con la presencia del manager Carlos Martí Santos, el entrenador de bateo Adalberto Fonstecilla Matos y el receptor Luis Ferrales Jiménez, recluidos preventivamente en una institución hospitalaria el domingo en la mañana.

Estos tres hombres se sumaron a otro grupo que tuvo que permanecer en el hotel por prescripción médica luego de viajar desde Sancti Spíritus donde también recibieron tratamiento -algunos en terapia intensiva- por el fuerte ataque de diarreas y vómitos que sufrieron desde el jueves en la madrugada.

De esta manera más de la mitad del equipo que hizo la gira por el centro y occidente de la Isla estuvo afectado de alguna forma por el complejo cuadro clínico originado en el Hotel Zaza, que en dos casos arrojó como resultado el cólera.

Pero el complejo panorama no fue suficiente para que la CNB suspendiera el compromiso en la tierra de los campeones (aunque se pospuso uno ante Los Gallos) y obligó a una selección diezmada a que se trasladara hasta el Capitán San Luis para entonces –y de acuerdo a la evolución de los enfermos– ordenar si se jugaba o no. Como resultado quedó el frustrante e innecesario viaje y una cantidad de interrogantes.

¿Por qué si se suspende un desafío por lluvia no vamos a ser capaces de posponer una subserie –o las que sean necesarias- por una afectación de salud casi masiva en un equipo? ¿Por qué los peloteros que habían quedado hospitalizados en Sancti Spíritus viajaron hacia Pinar del Río y no regresaron a Granma? ¿Hasta qué punto se defendió el criterio competitivo en detrimento del humano? ¿Acaso es más importante cumplir con un calendario que preservar la salud de los atletas?

Echemos a un lado todos los intereses deportivos y seamos objetivos. El equipo de Granma debió regresar a casa desde Sancti Spíritus con todas las medidas adoptadas para que sus integrantes se recuperaran de la manera más rápida en su provincia. Es una cuestión humana, sin discusión.

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