Yadel Martí: “Lo importante es que estoy vivo”

Yadel Marti, en sus días de sucursales de Oakland

Tomado de CubaConterporanea, por Michel Contreras
Una brizna de hierba entre los labios, el “90” en la espalda y esa parada fastidiosa –un segundo que parecía eterno- en el windup. El fantasma que salió de la nada para asombrar al mundo en el estreno de los Clásicos Mundiales, Yadel Martí Carrillo, fue un lanzador distinto en el rebaño.

Más que por sus victorias o por aquella slider que destrozó la pelvis de unos cuantos, yo lo admiré porque escalaba al box con la mirada fría de la esfinge, proponiendo acertijos que usualmente carecían de solución. Primero en el bullpen de Metropolitanos, luego al frente de la rotación industrialista, siempre lo acompañó el gen dominante de esos tipos que tiran serpentinas con veneno.

Por una vez, incluso, resultó superior a Roger Clemens y Dontrelle Willis, Freddy García y Johan Santana. Ocurrió en 2006, cuando Cuba vivió de él y Lazo –el increíble Pedro Luis- para llegar a la final más importante de la historia del béisbol a nivel de selecciones.

Allá arriba, donde a la pelota la denominan baseball, se corrió de inmediato la voz. Los expertos hablaban del negrito habanero que acababa de firmar 12.2 entradas sin permitir carrera frente a personajes como Andrew Jones, Miguel Cabrera, Magglio Ordóñez, Bobby Abreu, Papi Ortiz, Albert Pujols y Adrián Beltré. Encima, con 11 ponchetes y seis hits. ¡Solo seis hits de tanto monstruo!

Así, con la gloria posada en los hombros, Yadel Martí regresó a Cuba. Poco tiempo después, en la Copa Mundial de 2007, volvió a martirizar a Venezuela en un juego donde estuvo muy cerca, a solo un out, de rubricar la hazaña del perfecto en siete innings. Con viento por la proa y mar en calma, la nave de Martí seguía enrumbada.

Sin embargo, todo cambió de pronto. En noviembre del año siguiente se supo que había sido separado del béisbol por intento de salida ilegal. Un mes más tarde, la radio miamense anunciaba que había partido de la Isla junto a Yasser Gómez y Juan Yasser Serrano.

Vinieron entonces el paso por los campeonatos invernales del Caribe y los esfuerzos con las sucursales de Oakland. El Dorado quedaba en Grandes Ligas. La MLB copaba cada sueño. Las Mayores eran el objetivo para el hombre que ahora, al otro lado del Facebook y desde La Florida, con 35 julios en los huesos, responde cortésmente a mis preguntas.

El pitcher cubano Yadel Martí con el uniforme de la selección nacionalY por fin, ¿se acabó la esperanza de llegar?

-No abandoné mi sueño, solo comprendí que la vida tiene un precio y el mío es aceptar que no llegué a este país en el momento preciso. Lo importante es que estoy vivo.

En 2006 preferiste continuar tu carrera en las series nacionales, pero poco después querías irte a los Estados Unidos. ¿Qué provocó ese cambio de parecer?

-Al regresar del Mundial de 2007, Higinio Vélez dijo públicamente que yo debía dar paso a las figuras nuevas. Nunca fui santo de su devoción y sabía que iba a cumplir su palabra. Así, después de 9-5 con efectividad de 3.17 y 96 innings de trabajo, me dejó fuera de la preselección a la Olimpiada y decidí irme del país.

¿Qué sucedió que no te abrieron las puertas del equipo grande en Oakland?

-Yo tuve hasta una presentación en Dominicana en la que estuvieron 30 de las 32 organizaciones. Hubo ofertas, y también una lesión inoportuna en la ingle. Mi amigo Daniel Jerez me recuperó y salí a pitchear en México, donde Oakland me hizo contrato de Ligas Menores. Llegué al entrenamiento convencido de que no podía quedarme por el impresionante staff de abridores de aquellos Atléticos, bajé a Doble A y Triple A y en conjunto gané siete y perdí uno, con PCL de 4.26. Eso fue en 2011. La temporada posterior no fui llamado a los campos de entrenamiento, pedí mi liberación y me fui a México hasta 2014.

¿Crees que fueron injustos contigo?

-No. Solo que yo no era su prioridad. Creo que pudieron darme una opción, aunque a los treinta años era difícil.

Arrojo y El Duque excedían esa edad y tuvieron su oportunidad...

-Pero Oakland no pensó así y limitó mis posibilidades. Quizás no vieron en mí lo que otros habían visto en esos estelares.

¿Cabría pensar entonces que Yadel Martí se siente frustrado?

-De corazón, yo estoy muy contento con lo que fui. Creo que di todo de mí. Inclusive una vez fui abucheado por un Latino repleto en una final, y eso me dio fuerzas para regresar al próximo año con 10-2 y 2.62 en 117 innings. Hace solo una semana me uní a Facebook y ya tengo varios miles de seguidores: es un orgullo saber que el público te quiere. La vida que me trajo aquí no me dio lo que esperaba del béisbol, mas sí una niña preciosa y una familia a la que adoro.

¿Qué piensas de la pelota cubana actual?

-La idea de dar permisos para que los atletas salgan a otros países es muy buena, si bien todavía hay que arreglar muchas cosas (incluyendo uniformes, implementos, estadios) y siento que eso va a demorar. Eso sí, el nivel está, como lo demostró la Serie del Caribe. Quiero que sepas que esa final me hizo sentir muy orgulloso y que disfruté el partido como si estuviera ahí. El destape de los contratos millonarios en Grandes Ligas no ayuda a que los buenos permanezcan en Cuba, pero de todos modos nos mantenemos a la vanguardia.

¿Te impresionó algún jugador en particular?

-El cerrador Héctor Mendoza y el torpedero Luis Alberto Valdés. En general, más que pitcheo, bateo y fildeo, lo que tenemos nosotros es unidad, humildad y team work. Eso marca la diferencia.

¿En qué se diferencia esta pelota de aquella?

-Es el mismo béisbol, solo cambia que aquí hay más comodidades y disciplina. Nosotros seguimos marcando la diferencia en cuanto a los momentos: el cubano es muy valiente, no teme a las lesiones, y acá se cuidan mucho debido al dinero.

¿Quieres decir que ellos no arriesgan?

-Muy poco. Salvo excepciones, son mucho más pacientes y cuidadosos.

¿Por qué hacías aquella parada “asiática” en el windup?

-A mí siempre me gustó el pitcheo japonés, no sé por qué, aunque la verdad es que todo se debió a una piedra en el montículo de Villa Clara. Estaba exactamente donde uno apoya, y tenía que parar el movimiento porque si no me desequilibraba. Recuerdo que en ese año 2001 lancé mi primer juego como abridor de los azules, y mi hoy gran amigo Ariel Pestano me dijo: “me tenías loco con eso, síguelo haciendo que aquí nadie lo hace”.

El pitcher cubano Yadel Martí con el uniforme de Industriales ¿Qué lugar tiene Industriales en tu corazón?

-Industriales tiene que ver en todo lo que amo, es algo así como la capa azul que me cubre el corazón.

El Clásico fue tu momento cumbre, pero seguramente hubo algún otro que no olvidas... 

-Son dos. Uno, cuando Pinar del Río iba delante 2-0 en un play off y yo le gané a Lazo 2x1 en el Latino. El otro, al derrotar a Sancti Spíritus para romperle una cadena de 25 victorias en fila.

¿Me cuentas una anécdota que nunca has hecho en público?

-Antes de lanzarle a Venezuela en el Clásico, recibí una llamada del Comandante explicándome que había hablado con Hugo Chávez y le dijo que estaba seguro de que íbamos a ganar. Se acaba el juego, triunfamos nosotros, y Fidel me comentó que le había comentado a Chávez que Cuba ganaría porque tenía en el box a un Martí, pero ellos no tenían a un Bolívar. Nada, cosas que solo se le ocurren a nuestro jefe.

Háblame de Yadel Martí en su etapa de esplendor...

-Era un pitcher entre 88-92 millas, de excelente control y envíos bajitos, que apelaba al slider en las situaciones complicadas.

¿Era, dices? ¿Será que ya no queda nada de aquel?

-Sinceramente no mucho, como no sea la maldad de la experiencia. Mis últimos años se han basado en la velocidad pues producto de las lesiones tengo que usar menos los pitcheos rompientes para no afectar el hombro. El almanaque no perdona.

Hoy por hoy, ¿a qué te dedicas?

-Trabajo en una tienda manejando el camión que lleva las piezas al lugar donde se venden los autos.

En resumen, ¿puede decirse que ya estás fuera del juego?

-No. Yo me preparo en las tardes, a la espera de una oportunidad. Y aquí estoy, listo para jugar en México, Taiwán o donde sea.

¿Piensas venir a Cuba pronto?

-Seguro. Tan pronto me den el permiso, que será en 2016. Allá tengo el 90 por ciento de lo que más quiero en este mundo, además de que ese es mi país. Yo extraño hasta sentarme a tomar en la cuadra con mis amigos.

Y pese a ello, ¿te subirías al box contra el team Cuba en una Serie del Caribe?

-Si lo tengo que hacer, sí. Al final es solo un juego, la amistad no se pierde por un jonrón o un ponche. Seguimos siendo lo que somos y nada más.

Comentarios

  1. Coño no me jodas, asi que "nuesro jefe" sera nuestra desgracia, Yadel por que tu crees que Higinio existe en Cuba pues por ser guataca de ese jefe, Higinio fue y es una plaga en Cuba, tu creiste que te agradecerian tu heroicidad en el Clasico pero en Cuba solo algunos comandantes de la Revolucion son sagrados, y digo solo algunos por ejemplo hace una semana se murio Belarmino Castilla que se la jugo tanto o mas que Machado y ningun jerarca ni le envio un ramo de flores.

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  2. Cuando uno sabe lo que habla lo mejor es meterse la lengua donde no le de el sol, a eso le llamamos los cubanos hablar pa los paises, muy bien por Yadel, escogio su camino y lucho por el, sabe reconocer la estirpe de los cubanos, Suerte y ojala aun puedas llegar a las grandes

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  3. Suerte a Yadel,al menos lo intento,como dice llego tarde,lo otro,es su forma de ver la vida,a su modo y preferencias,y si es asi,pues que le vaya bien,de lo que dice mucha razon,la pelota el cubano la juega caliente,es su manera,Puig gana millones y lo dijo,donde yo naci las cosas son asi,no hay tiempo para otro dia,no hay vida pa' los mareaos,MACHETE.

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  4. De Malas siempre leo lo que se publica aquí, pero coño esta frase de (Por una vez, incluso, resultó superior a Roger Clemens y Dontrelle Willis, Freddy García y Johan Santana), se le fue al que escribió este artículo, yo no he leído nunca que Roger Clemens, Santana o Freddy Garcia hayan manejado un carrito de pizas para vivir, aflojen con las pasiones y los enamoramientos. No mal interpreten mi comentario sobre el trabajo de Yadiel,además vive honradamente y por lo que dice es muy austero y sencillo, yo trabajo en un mercado acomodando mercancías y no me quejo porque Gracias a Dios tengo trabajo, yo me refiero a compararlo con grandes de la MLB, POR FAVOR LOS QUE LOS LEEMOS NO SOMOS ANALFABETOS, AFLOJEN.

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